martes, 21 de septiembre de 2010
Tremendo tupe el de los norteamericanos
¿Cuál es la razón que tienen las autoridades de los Estados Unidos para tildar a la República Dominicana como un Estado ligado a la práctica del narcotráfico, consumo y lavado de activo?
Quién aquí no reconoce que muchos son los dominicanos que en los últimos años, se han ligado al consumo y distribución del flagelo de las drogas; todo el mundo lo sabe, pero de ahí a etiquetarnos como una sociedad viciada, corrompida y enajenada, es lo mismo que desconocer que somos un país de hombres que piensan en función del trabajo digno y honesto para poder llegar hacia el progreso en sentido amplio.
Los Estados Unidos y sus gobiernos, aun siendo el poder más grande del mundo, no pueden creerse que están exentos de los cuestionamientos a sus inconductas cometidas a lo largo de la historia. Ellos tampoco tienen la potestad ni el derecho legítimo de cuestionar nuestros valores patrios y a nuestras instituciones por cualquier situación social anómala, en que algunos malos dominicanos al margen de las leyes, hayan incurrido. Además los norteamericanos deben estar bien claros que son los grandes consumidores de estupefacientes como nadie en el mundo y que muchas veces, los países en vía de desarrollo, tratan de copiar las inconductas y cuantas diablurías cometen ellos.
Desde luego que no podemos dejar a un lado también, el hecho de que gracias a esta política que tienen los norteamericanos de atacar y acusar a sus vecinos etiquetándolos como los culpables de cuántos males existan en la humanidad, es lo que ha llevado a organizar a su poderosa escuadra invasora para tomar territorios que no se conocían como controlados por el narcotráfico, los cuales además son sociedades que han vivido bajo el legado histórico de una cultura diametralmente opuesta al pueblo norteamericano.
El consumo y venta de drogas existe porque hay un mercado cautivo de enfermos corrompidos y enajenados que exige y requiere para poder seguir existiendo de esas sustancias alucinógenas. Pero pese a esto insisten en acusar a otros de lo que ellos han creado como potencia más grande del mundo, haciéndose de la vista gorda e inhibiendo enfrentar con seriedad, a quienes consumen y trasiegan con este mal que está dañando muchas vidas.
Hay que recordar, que si ellos se ocupan de sus enfermos, de seguro que tendrán que habilitar miles de hospitales y cárceles que ningún país por rico que fuera, está en capacidad ni disposición de cargar con estos, ya que se irían miles de millones de dólares y desde luego no le resultaría tan bien como cuando lo utilizan en la industria armamentista para hacer la guerra, ya que esto al parecer, les deja mayores beneficios y ventajas; por eso prefieren las conflagraciones, pues en realidad si no lo hacen así, dejan de tener vida, dinero y poder.
Qué carajo le vienen a decir a uno que somos un Estado corrompido y enajenado por el flagelo de la delincuencia inducida por el narcotráfico. Es verdad que aquí se trafica bastante con esa maldita droga, pero hay primero que sacarse la paja de sus propios ojos y no estar presentándose como un dechado de virtudes.
Al gobierno norteamericano le falta voluntad e interés para combatir al narcotráfico y a sus cómplices hasta convertirlo en cenizas. Pues lo primero que deberían hacer ellos, es reconocer que han tenido la culpa en que muchos países que estaban ajenos a esa realidad perversa, cayeran por cuestión de los efectos de la teoría del dominó, en este mal del siglo.
¿Acaso no fueron los yanquis cuando invadieron en 1965 a la República Dominicana, los que trajeron y usaron las diferentes variedades de drogas para combatir a los constitucionalistas que luchaban por el restablecimiento del gobierno constitucional de 1963 que dirigía el ilustre y eterno patriota Juan Bosch? Fueron ellos también los que minaron la base de lo que fue el movimiento clubistico nacional, así como a los grupos de la izquierda progresista que luchaban a favor de una juventud sana, sin vicios y sin malicias. Antes de esa época eran muy pocos los dominicanos que conocían y usaban lo que se conoce como sustancias alucinógenas que están de moda hoy producto de que la ley de la oferta y la demanda, se ha impuesto no solo en nuestro país, sino en la tierra del Tío Sam y esto de hecho ha traído como consecuencia la gran cantidad de adictos que esperan por ella.
De ahí que el gobierno norteamericano no tiene ni el derecho ni las prerrogativas que nuestro pueblo les otorga a sus ciudadanos para que opinen en este país sin ninguna restricción sobre cualquier problema o situación que esté afectando a la población. Pues lo que pueda pasarles a los dominicanos, es un problema de nosotros, ya que tenemos nuestros estatutos y reglamentos para que la casa pueda ponerse en orden, sin tener que recurrir a consejos de quienes han sido culpables de que el mundo esté trillando el camino hacia el despeñadero.
Nada de acusaciones, aquí existen empresarios como existen en los Estados Unidos que han echado la vida trabajando para hacer fortuna, sin tener que recurrir a la práctica inhumana del narcotráfico y el lavado de activo y esto lo saben ellos porque son los que tienen toda la logística tecnológica para darse cuenta de todo lo que ocurre en cualquier país de mundo.
Autor: Francis Pérez
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