lunes, 20 de septiembre de 2010

Raúl Castro culmina renovación de equipo económico



Raúl Castro destituyó a la ministra de Industria Básica por "deficiencias en la dirección" y "débil control de los recursos destinados al proceso inversionista y productivo"



500.000 trabajadores tendrán que inicar una empresar privada

Cuba.- Miles de asambleas en Cuba para explicar masiva eliminación de empleos Semblanza de Yadira García Energía es una cartera clave en la relación con Venezuela Oswaldo Payá denuncia que Cuba no emprende los cambios que pide la UE Ruta de reformas propiciada por gobierno cubano La Habana.- El presidente de Cuba, Raúl Castro, culminó la renovación del equipo económico que heredó de su hermano Fidel con la destitución de la ministra del estratégico sector de energía y minería, en plena reforma de la economía socialista y combate a la corrupción.

La ministra de la Industria Básica, Yadira García, miembro del selecto Buró Político del Partido Comunista (PCC) fue destituida por "deficiencias en la dirección" y "débil control de los recursos destinados al proceso inversionista y productivo", según un nota publicada en el diario oficial Granma este lunes, informó AFP.

García, ingeniera química de 54 años, estaba desde 2004 al frente de la cartera económica más importante del país, todo un "superministerio" pues abarca las industrias petrolera, química y petroquímica, generación eléctrica y minería, en la cual el níquel es el principal producto de exportación.

El sector, que estará a cargo del viceministro Tomás Benítez mientras se nombra al titular, concentra el mayor capital extranjero, con proyectos de explotación y exploración de crudo con empresas de una decena de países como Brasil, Venezuela, China y Rusia.

Sólo Venezuela, principal socio comercial, construye con Cuba un complejo petroquímico en la planta que operan en conjunto en Cienfuegos (centro-sur), con una inversión de unos 5.000 millones de dólares.

Por ser vital para el funcionamiento del país, el sector quedó fuera del plan de apertura a la pequeña y mediana empresa privada, donde el gobierno pretende reubicar a la mayoría del millón de empleos que eliminará en los próximos tres años, a fin de reducir la gigantesca burocracia estatal y dinamizar el deteriorado modelo económico cubano.

Los movimientos de Raúl Castro tomaron velocidad luego de que el líder Fidel Castro sorprendió con su frase "el modelo cubano ya no funciona ni siquiera para nosotros", dicha hace dos semanas a un periodista estadounidense, aclarando luego que lo que no servía era el capitalismo.

El cambio de García se suma a una paulatina reestructuración del gobierno. Desde 2006, cuando asumió el mando debido a la enfermedad de su hermano Fidel, Raúl Castro emprendió una serie de ajustes en el Gabinete y el Consejo de Estado (Ejecutivo).

En la mayor remoción del Gobierno en medio siglo, dispuso 12 movimientos hace año y medio, cuando rodaron las cabezas del vicepresidente Carlos Lage y del canciller Felipe Pérez Roque, acusados de "indignos" y de tener "ambiciones de poder", y quienes llegaron a ser vistos en el exterior como firmes sustitutos de la generación histórica que encabezan los Castro.

En el equipo económico, que era dirigido por Lage, Raúl Castro poco a poco destituyó, relevó o reubicó a sus titulares: Banco Central, Economía, Agricultura, Azúcar, Comunicaciones, Transporte, Comercio Exterior, Comercio Interior, Finanzas, Construcción, Industria Alimenticia, Industria Ligera, Industria Sideromecánica y Ciencia y Tecnología.

Raúl Castro impulsa una política de rigor y eficiencia, con un modelo de gestión que aplican las empresas controladas por los militares, quienes administran áreas claves como las comunicaciones y el turismo, cuyo titular Manuel Marrero es el único del equipo económico que permanece en el cargo del gabinete anterior a 2006.

El descontrol en los recursos del Estado, señalado en el caso de García, es un dolor de cabeza de Raúl Castro, quien impulsa la mayor ofensiva de fiscalización de las últimas décadas, sobre todo a niveles altos de las empresas, encabezada por la Contraloría General, de amplias facultades y subordinada al presidente.

El gobierno y académicos reconocen que la extendida corrupción representa el mayor peligro, mucho más que la oposición, para la estabilidad del sistema socialista.

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