jueves, 2 de septiembre de 2010

José (Pepe) Mujica, un ejemplo a seguir


El presidente de la República Oriental de Uruguay, José (Pepe) Mujica, acaba de cumplir sus primeros 100 días de mandato con una alta popularidad. Es un excelente ejemplo a imitar en cualquier parte del mundo.
Su secreto consiste en que la coherencia entre el discurso y la praxis de administrador público.
Hombre de profundas convicciones y de vida austera, Mujica declaró como único patrimonio un automóvil Volskwagen año 87, tipo “cepillo”, que conocido en otras partes del mundo como Escarabajo o "Fusca", valorado en mil 900 dólares (usted leyó bien amigo lector, US$1,900).
La modesta casa donde vive con su señora esposa, Lucía Topolansky, es propiedad de la primera dama de Uruguay. Ambos decidieron rechazar las tarjetas de crédito que les facilitaría la Presidencia de Uruguay, pues para su modesta vida no las necesitan. Tampoco posee cuentas bancarias.
De los US$11.600, que recibe Mujica como sueldo por ser el gobernante uruguayo, dona el 70% a un plan de vivienda oficial y a dos partidos que integraron la coalición que lo llevó al poder.
Se trata de un hombre de profundas convicciones que ha dado muestras más que sobradas de que el poder no lo llenado de soberbia y ambición. Y con la fuerza moral de su ejemplo unida a su voluntad política está lo suficientemente fortalecido para luchar contra cualquier asomo de corrupción en su gobierno.
¿Cuántos entre nosotros se animarán a emular este valioso ejemplo que nos recuerda la austeridad y la honradez con que se manejaron nuestro Padre de la Patria, Juan Pablo Duarte y el presidente Juan Bosch?

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