miércoles, 1 de diciembre de 2010
Filtración roba protagonismo a crisis estadounidense
Washington.- El escándalo causado por la filtración de miles de documentos sobre el accionar de la diplomacia de Estados Unidos en el mundo continúa hoy robando protagonismo a la crisis que enfrenta este país.
Expectativa por informes sobre Perú en Wikileaks
Catapultada a espacios estelares de noticieros y a las principales páginas de diarios, la filtración de los 250 mil documentos causó reacciones tanto aquí como en otras capitales en el mundo.
Esto prácticamente hizo desaparecer de los medios la crisis que enfrenta el gobierno del presidente Barack Obama y su imposibilidad de lograr puntos de encuentro con la oposición republicana para sacar adelante la agenda.
Tras efectuar este martes la primera de una serie de reuniones con el presidente Obama, representantes de la oposición republicana reiteraron su negativa a aceptar que sea eliminada la extensión de impuestos al dos por ciento de la población del país, la más rica, que de mantenerse representaría un déficit de 700 mil millones de dólares.
En un encuentro de casi dos horas en la Casa Blanca, la delegación, encabezada por el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, y el futuro presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, reiteró, además su negativa a aprobar un acuerdo de desarme nuclear (START) con Rusia.
Sin embargo, la acción del sitio en Internet prosigue acaparando la atención mundial y la reacción mediática se centra ahora en más anuncio sobre la divulgación de otros contenidos que deben incrementar las reacciones, relegando otros asuntos.
Este martes el sitio enfrentó ataques cibernéticos para bloquear su funcionamiento, pero nuevas revelaciones con informes del Instituto Americano en Taiwan, la embajada estadounidense en Taipei, luego de que Washington reconociera a Pekín en 1979, mantienen la expectativa. Pero algunos, como el canciller brasileño, Celso Amorim, opinan aquí en Washington que los documentos confidenciales difundidos son irrelevantes.
La mayoría de las cosas que allí leí ya las sabía o son un tanto irrelevantes. Son interesantes para chismorrear. Sinceramente, lo que un diplomático estadounidense dice en sus apreciaciones para el gobierno estadounidense no me interesa, concluyó.
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