miércoles, 3 de noviembre de 2010

Republicanos frenaron la hegemonía demócrata



La crisis económica y la falta de una reforma migratoria dejarían al desnudo un generalizado descontento hacia la actual administración del presidente Obama que inclinaría la balanza hacia la derecha. También se votan propuestas polémicas, como la despenalización de la marihuana, que hacen de ésta una de las más candentes elecciones en los últimos años.

Los republicanos expulsaron a los demócratas en Indiana, Florida y Virginia como parte de su pugna el martes por asumir el control de la Cámara de Representantes.

El Partido Republicano derrotó a un puñado de demócratas en distritos ganados por el senador John McCain de Arizona en la campaña presidencial del 2008, en momentos en que muchos votantes se sienten desilusionados con la gestión del presidente Barack Obama y existe una ansiedad generalizada en torno a la economía del país.

Con las casillas ya cerradas en la costa este, los republicanos iban adelante de dos decenas de demócratas que actualmente ocupan escaños, y estaban en ventaja en su intento por quedarse con otra media docena de bancas que han quedado vacantes por la jubilación de representantes demócratas.

Después de conocerse las primeras cifras, los republicanos habían capturado nueve puestos que estaban en poder de demócratas, mientras que éstos sólo habían arrebatado uno a los opositores.

En Florida, el representante republicano Sandy Adams derrotó a la representante novata Suzanne Kosmas, mientras que el demócrata liberal Alan Grayson, otro primerizo, perdió frente al ex presidente republicano del legislativo estatal, Daniel Webster. En Virginia, los republicanos se impusieron a un par de demócratas novatos, los representantes Tom Perriello -por quien Obama hizo campaña- y Glenn Nye.

El líder de la mayoría republicana en el Senado de Virginia, Morgan Griffith, derribó al representante Rick Boucher, quien había sido reelegido 14 veces. Y en Indiana, el representante oficialista Baron Hill perdió su intento por reelegirse, mientras que el republicano Larry Bucshon ganó la vacante dejada por el representante demócrata Brad Ellsworth, quien también perdió en su apuesta por llegar al Senado.

Los demócratas pasaban apuros para mantener su mayoría. En un inusual pero estimulante punto para ellos, John Carney batió fácilmente al republicano Glen Urquhart en la competencia para suceder al republicano Mike Castle en el único escaño correspondiente a Delaware, que Castle dejó vacante para postularse al Senado, aunque tampoco salió electo.

En Kentucky, el representante John Yarmuth ganó la reelección y Ben Chandler estaba batallando para contener a su rival republicano en el distrito de Lexington.

Pero las pocas victorias fueron eclipsadas por el alcance de las potenciales derrotas demócratas. Algunos primerizos estaban rezagados en contiendas cruciales al igual que algunos de los experimentados candidatos del partido, como el representante John Spratt de Carolina del Sur.

Con los votantes republicanos llenos de energía y alimentados por las bases del movimiento conservador Tea Party a lo largo y ancho del país, el Partido Republicano estaba bien posicionado para apoderarse de los 40 asientos que necesita para controlar la Cámara de Representantes, y tiene posibilidades de agenciarse de unos 20 adicionales o más. Los desmoralizados demócratas sólo tenían oportunidades sólidas de despojar a menos de media docena republicanos de sus escaños.

"Esto todavía no termina", dijo el representante Chris Van Hollen de Maryland, el jefe de campaña del Partido Demócrata para la cámara baja.

Los ciudadanos fueron a votar muy preocupados por la economía e insatisfechos con la manera en que el gobierno federal está trabajando.

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