jueves, 4 de noviembre de 2010
Religiosos advierten sobre una avalancha de haitianos
En esta grafica, suministrada por Solidaridad Fronteriza, se observan decenas de haitianos, esperando para pasar a Dajabón
SANTO DOMINGO.- Sacerdotes jesuitas que integran la entidad denominada Solidaridad Fronteriza advirtieron que la suspensión del mercado binacional de Dajabón podría provocar una “avalancha incontrolable” de haitianos hacia la República Dominicana.
Recomendaron que, en lugar del cierre o suspensión, haya una supervisión adecuada de los que intervienen en esta actividad, y que se reduzca el área donde la misma es realizada.
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El tema es tratado por los religiosos en una comunicación que remitieron a ALMOMENTO.NET y que firman David Pantaleón, párroco de la Iglesia Nuestra Señora del Rosario; Guillermo Perdomo, director de Radio Marién y Regino Martínez, director de Solidaridad Fronteriza.
El texto de la misma es el siguiente:
“Suspensión mercado binacional Dajabón-Wanament afecta vida ciudadana: Propuesta de los Padres Jesuitas.
Cuando apenas el pueblo haitiano ni siquiera inicia la cacareada reconstrucción urbana de la ciudad capital y pueblos de sus alrededores, afectados por el sismo del 12 de enero pasado, brotó, cual avispero revolteado, una bacteria, la Vibrio cholerae, que causa, a quien la contrae a través de la ingestión de alimentos o agua contaminados por ella, una infección intestinal aguda que podría en grado primario conducirlo a la muerte.
De inmediato se conoció en el país sobre los estragos mortales, notificados y confirmados casos en los departamentos de Artibonite (76,5%), Central (22,9%), Nordeste y Norte aún sin brotes, y como medida preventiva, las autoridades dominicanas, especialmente las de los Ministerios de Salud y de las Fuerzas Armadas, se activaron creando una valla a la posible penetración de la mortal bacteria hacia nuestro territorio.
Una de las primeras acciones preventivas oficiales ha sido la suspensión de la realización de los mercados binacionales que se celebran a lo largo de la frontera, que divide la isla en dos Estados. De esta medida, sumamente drástica para la ocasión, al igual como lo han hecho las mismas autoridades haitianas, quienes han establecido al interior de allí controles a los viajantes y pasajeros que proceden y/o van a los lugares señalados por la OMS y OPS donde están los puntos verdes de la terrible enfermedad: Rio Artibonite, de cuyas aguas se alimentan las familias residentes en las comunidades por donde cruza su corriente.
El efecto colateral de esta acción preventiva de la salud es, que se ha afectado severamente a la ciudadanía de la provincia de Dajabón y Wanament que viven de las actividades del comercio de subsistencia, que tiene más de 23 años produciéndose entre ambas poblaciones y lugares del interior de ambos países, movilizando, a través de empleos formales (según OIT) a miles de personas, los cuales, al día de hoy, están desesperadas por la falta de alternativas viables, humanas y solidarias que, con una inteligente, racional y respetuosa seguridad fronteriza, permita la obtención del pan de las familias por medio al trabajo.
Otro efecto colateral de la lentitud y disminución de las actividades del mercado binacional y el control excesivo del cruce de frontera por aduanas y los distintos órganos militares, es el del aumento del cruce ilegal y sin control de indocumentados haitianos que, desesperados ante la falta de otras alternativas económicas, como las que ofrece el mercado, caen en las manos de los que trafican con personas exponiendo sus vidas y provocando una situación más vulnerable para la portabilidad del virus del cólera. El caso más reciente son los 87 ciudadanos/as haitianos/as accidentados en Villa Vázquez.
Sostenemos que, es preferible una supervisión adecuada del mercado a la avalancha incontrolable de tráfico de indocumentados, creando una situación de alto riesgo que provoca y ayuda al cierre de dicho mercado.
Ante tal situación, los Padres Jesuitas, presentes en la zona fronteriza norte desde 1936, proponen a todos los sectores Dajabón-Wanament, lo siguiente:
a) Que las autoridades civiles y militares, realmente cumplan con las medidas de prevención y la seguridad sanitarias.
b) Que la Señora Gobernadora, Lic. Esther Ramirez, representante del Gobierno Nacional, y, el Alcalde, Sr. Miguel Tatis, elegido por los y las ciudadanos/as del Municipio, así como los encargados de Migraciòn y Aduana, el CESFRONT y el Ejército Nacional, se coordinen y se pongan al frente de la organización y control de las actividades del mercado binacional a través de un manejo inteligente y racional de sus empleados/as en la administración del mismo. Teniendo en cuenta las Autoridades Haitianas.
c) Que se barra, y laven con cloro, los lugares en donde se depositen los productos y alimentos, cuando termine la actividad comercial.
d) Que se coloquen tanques de agua y jabón de cuaba, así como otros posibles desinfectantes para que todo el que interactué en día de mercado permanentemente estén higienizados ante posible contagio.
e) Que se administren los pases de personas de 150 ú otra cantidad de compradores y/o vendedores que vengan del lado de Wanament, Haití y según vayan saliendo van entrando…
f) Disminuir el espacio de 15 cuadras, que tradicionalmente ocupa el mercado, a 10 cuadras para posibilitar un mayor control de las personas que participan.
g) Iniciar el mercado a las 7:00 a.m y terminar a las 3:00 p.m, para que sea más fácil limpiar inmediatamente éste concluya.
h) Que se coloquen retretes o baños portátiles en diferentes lugares, debidamente supervisados por personal de Salud Pública y la Cruz Roja, para asegurar un espacio fisiológico adecuado para el manejo de los desechos humanos. La gente que use estos baños podría pagar algo para el mantenimiento de este servicio. A la salida de esos baños colocar también agua y jabón de cuaba.
i) Poner un militar en cada boca calle que inspire respeto por su investidura y como agente del orden.
j) Al interior del Departamento Norte de Haití, sobre todo en Gonaives, hay establecida una barrera de control y chequeo sanitario para evitar que los y las ciudadanos/as haitianos/as que vienen de Centro Verde pasen hacia otras ciudades. Esto nos ofrece una cierta seguridad de control. Hasta ahora, no se conoce el primer caso cerca de nuestra zona.
Confiamos en Dios, y en la solidaridad de siempre de los dominicanos y dominicanas, así como de las personas de buena voluntad del Caribe, de Latinoamérica y del Mundo, con Haití. Esperamos que ese noble pueblo hermano se sacuda de esta mala racha que le ha traído la herencia colonial, premiándolo con un futuro luminoso que brinda el trabajo y sacrificio de los humildes y estudiosos.
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