viernes, 7 de enero de 2011

La Alcaldía de Duvergé un ejemplo a seguir


Si la mayoría de las Alcaldías de este país se trazaran como meta imitar la ingente y fructífera labor que viene llevando a cabo el síndico del municipio de Duvergé, Emil Vólquez desde que llegó al Palacio Municipal en agosto del 2010, en este país no habría inconvenientes con la recogida de los desperdicios sólidos, ni con la reparación de aceras calles y contenes, pero tampoco con la iluminación eléctricas y la creación de parques infantiles en la comunidad que ellos representan.

En tan solo cuatro meses de haber asumido la dirección del Palacio Municipal y con un presupuesto pírrico que no llega ni siquiera a 2 millones de pesos, el joven alcalde de este municipio que históricamente es reconocido en el país por los grandes aportes que hace en tanto se trata de profesionales, ha logrado cumplir con muchas de las promesas que realizara durante el periodo de campaña, pese a que durante la cruzada electoral fue víctima de la peor e inhumana estigmatización, calumnias e improperios por parte de sus más enconados adversarios tanto a lo interno de sus organización, el PLD y También del PRD, estos últimos utilizaron una feroz propaganda de descalificación donde alegaban que el actual alcalde no era profesional; como si la honradez y la vocación de servicio para servirle a su pueblo estuviera limitada solamente para aquellos que poseen un título universitario. Así las cosas.

Pero la verdad monda y lironda estriba en que es partir de la llegada de este joven alcalde al Palacio Municipal cuando las generaciones presentes y futuras no solo de Duvergé sino de la provincia y de la región evaluaran las gestiones municipales que vendrán la podrán comparar con la que en este momento representa el orgullo, la seguridad, el desarrollo y bienestar de la familia damera porque en realidad los alcaldes que le han precedido hasta el momento eran mucha espuma y poco chocolate y equipararla con la de Emil Vólquez sería ponerlos en aprietos ya que estos solo se dedicaron a buscar pesos y categoría política, claro salvo algunos casos que no hicieron nada porque perdieron la perspectiva aun siendo personas creíbles.

En tan solo cuatro meses que lleva al frente del Palacio Municipal, Emil Vólquez ha podido llevar a cabo una serie de trabajos y construido y reparado obras que han dejado estupefacto a muchas personas que se habían acostumbrado a ver gestiones de gobierno municipales al servicio de interese particulares e imbuidas del germen de la corrupción y el desorden, gracias a los valores morales, a la inteligencia natural, al compromiso y voluntad consigo mismo y con su pueblo que se forjo cuando decidió aspirar a la posición que hoy dignamente ocupa y que lo ha colocado incluso por su vocación de servicio en las primeras páginas de los periódicos de circulación nacional.

Lo primero que hizo este joven de modales sencillo cuando llegó a la Alcaldía, como pocas veces visto en un país lleno de miseria y de ambiciones personales, fue rebajarse en un 20 por ciento su salario y la de los ejecutivos que lo acompañan y en igual proporción aumentárselo a los trabajadores de bajos ingresos de la institución que preside, al mismo tiempo creaba un plan de emergencia para los primeros cien día de su gestión con el propósito de recoger todos los desperdicios sólidos que se habían amontonados en los diferentes varios, debido a la irresponsabilidad de las anteriores autoridades municipales que solo pensaban en beneficios particulares.

Cuando un funcionario sin importar la parcela a la que pertenezca se dedica a trabajar con seriedad y honestidad los logros tangibles son percibidos buenos ojos y aceptados por la población que lo eligió y hasta por la que no lo respaldó porque de lo que se trata no es de ir a un puesto público a enriquecerse sino a servirle a su pueblo para que el mismo pueda trillar el camino del progreso y el bienestar.

Lo que viene haciendo Emil Vólquez en su radio de acción, es digno de ser aplaudido e imitado por todos los alcaldes de este país. Pues lograr adquirir un generador eléctrico valorado en 275 mil pesos para iluminar el parque central y el Palacio Municipal, más comprar un camión volteo en 260 mil pesos y una camioneta en 175 mil pesos, así como una partida de neumáticos a un costo de 100 mil pesos.

Súmele a todo esto la iluminación del Cementerio Municipal en el día de los fieles difuntos, dos generadores eléctricos fueron utilizados para esta actividad, también el encendido de un arbolito navideño, además la creación de una nueva Bandera y un escudo que representaran por lo alto a Duvergé y como si esto fuera poco ahora acaba de construir una área infantil en el parque central donde los niños podrán entretenerse y disfrutar de esta hermosura que junto al remozamiento del Palacio Municipal, constituyen por el momento un legado de inigualables proporciones para su comunidad que lo eligió. Es bueno aclarar que esto último le costó a la Alcaldía aproximadamente 2 millones 700 mil pesos, lo que en otras gestiones pudo haber salido por una incontable cantidad de dinero siempre por encima del valor de ahora.

A subienda de que un alcalde no es solo para recoger basura, Emil Vólquez ahora trata de integrar la institución que dirige al conciertos de organizaciones culturales, sociales, agrícolas, ganaderos y de alcaldes de la provincia para juntos trazar las estrategias que posibilitarán el arranque definitivo de esta provincia fronteriza que ha sido olvidada y relegada a través del tiempo por todos los gobiernos de turno.

Sigamos pues observando las ejecutorias de este joven alcalde porque en realidad las obras que se ha trazado realizar en los seis años que durará al frente del Palacio Municipal convertirán a Duvergé en pueblo del que sus hijos se sentirán orgullosos de haber nacido en lo que muchos suelen llamar con razón alguna la cuna de la educación de la frontera.

Autor Francis Pérez

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