domingo, 31 de julio de 2011
Reportan combates en bastión de insurgentes libios
Trípoli.- Combates en la ciudad libia de Bengasi (noroeste) con partidarios del gobierno libio causaron cuatro insurgentes muertos, indicaron medios opositores.
Más de tres decenas de los alegados atacantes fueron detenidos, añade el reporte, que carece de confirmación independiente.
Esta es la primera ocasión que los insurgentes admiten choques armados en Bengasi, devenida bastión de los opositores desde el pasado 27 de marzo cuando comenzaron los ataques de la OTAN contra las zonas controladas por las fuerzas leales al líder libio, Muammar el Gadafi.
La información torna aún más confusa la situación de la crisis libia, sobre todo después de la muerte violenta la semana del general Abdel Fatah Yunis, jefe militar insurgente desde que abandonó las filas gubernamentales meses atrás.
El militar fue detenido en su puesto de mando por desconocidos que lo torturaron, mataron y abandonaron en un paraje despoblado.
Tal hecho provocó que el autodenionado Consejo Nacional de Transición (CNT) decretara la disolución de las milicias, hasta ahora su brazo armado.
Medios del CNT aseguraron haber tomado hoy la ciudad de Joch, en Yebel Nefusa, una zona montañosa, donde los insurgentes tienen uno de sus más importantes puestos de mando castrense, en el marco de una ofensiva para abrir el camino hacia esta capital.
Los opositores afirman que se encaminan a Tiji, una localidad próxima, que esperan capturar en el plazo de horas, para después proseguir la marcha hacia el oeste.
Las interrogantes, ahora, son si los reportes, que carecen de confirmación oficial, buscan neutralizar el impacto negativo de la muerte del general Yunis y la capacidad logística para completar la anunciada ofensiva.
Este sábado la aviación de la OTAN atacó instalaciones de la televisión oficial libia, pero la emisora siguió transmitiendo.
En un acontecimiento separado, Noruega anunció que mañana finaliza su participación en los ataques de la Alianza Atlántica que bombardean áreas leales al gobierno; Italia, que encabezó la ofensiva diplomática contra las fuerzas leales, señaló que llamaría a uno de sus portaviones.
En ese sentido, el gobierno francés solicitó más apoyo para la ofensiva de la OTAN en Libia y mencionó por sus nombres a España, Alemania, Polonia y las naciones del Norte de Europa.
Ese apoyo ayudaría "a terminar la guerra lo antes posible", dijo a la prensa Gerard Longuet, ministro de Defensa francés, quien aseguró que su país y el Reino Unido "no están solos" en su campaña contra el gobierno libio.
Casi cinco meses de ataques aéreos contra esta capital y las zonas controladas por los fieles a Gadafi, a un costo próximo a los dos mil millones de dólares, han sido incapaces de desalojar del poder al líder libio, que llamó a la población a "combatir la nueva cruzada de las potencias occidentales contra el Islam".
La ofensiva dee la OTAN fue planeada como una guerra relámpago, pero ese concepto está sobrepasado por la realidad en el teatro de operaciones y la campaña se prolonga con el consiguiente cansancio y desgaste político.
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