jueves, 3 de marzo de 2011
Alfonso no necesita de artificios para ‘huir’
Cano no estaba hace una semana en el páramo de “Las Hermosas” ni aprovechó las horas del cese al fuego para huir, como torpemente aseguró el ejército colombiano, luego de un intento frustrado de liberación de dos retenidos por las FARC. El Comandante Cano no necesita esos artificios teatrales para salir de un cerco -otro más- tendido por el enemigo. Alfonso no está hoy en el Huila y tampoco estará mañana en el Valle. Ni en Australia, ni en Brasil, ni en Venezuela, ni en La Argentina, veredita cercana al río Siquilá en Planadas, Tolima. Porque Alfonso (así, sencillamente, como se nombra a un hermano) es el heredero del carácter mítico y fantasmal de Manuel Marulanda, que le exige morir para que su existencia sea nuevamente reconocida y que le obliga a ser “Alfonso” para que Guillermo León no pueda ser vilmente asesinado.
“No siendo el fantasma más que una forma congelada, viva-muerta, del devenir histórico, a la que solo la puede animar el trato por intermedio de la palabra y de la voz para que su invisible, yerta y fija mirada se proyecte vivamente al encuentro de las miradas y las voces del presente, habrá que abandonar el expediente de su convocatoria con el fin exclusivo de conjurarla; conjuro que, por lo regular, resulta infructuoso”.[i]
Conjurar, convocar, encontrar, acorralar, cercar, hallar, topar, localizar, copar, descubrir, percibir, ubicar, rastrear a Alfonso ha sido la pesadilla del gobierno colombiano desde hace más de una década cuando ya se intuía que era el sucesor natural del Comandante en Jefe. Y al igual que a Manuel se le atribuirán decenas de muertes y resurrecciones en los próximos años.
“Le estamos respirando en la nuca”. “Caerá, como cayó el Mono Jojoy”. Las declaraciones del presidente Santos muestran su grado de obsesión con la muerte: deseada, apetecida, pero, siempre, inventada y ajena. Su diferencia con Alfonso es diametral. Este, propone a nombre de las FARC-EP, la construcción de un nuevo país donde quepamos todos, da muestras de generosidad con la entrega unilateral de retenidos políticos y prisioneros de guerra, plantea reformas estructurales para alcanzar una solución política que acabe con esta guerra entre hermanos. Aquél, a nombre de la mezquina oligarquía criolla y de los mandatos imperiales, simplemente cierra toda posibilidad de diálogo confiando en que la muerte del nuevo fantasma acabe de una vez por todas con la resistencia del pueblo colombiano; ni una palabra dice sobre reformas al régimen político y económico que ha sumido en la pobreza a la inmensa mayoría de los colombianos, mucho menos sobre los más de 7 mil presos políticos que literalmente mueren en las cárceles.
“Si son catorce mil, mejor, más blanco dan...”.[ii]
Se dice que son más de 10 mil hombres los que estrechan el anillo alrededor de Alfonso: que por el río Atá, que por los lados del Cambrín, que por Marquetalia, seguramente también en “Los Alcázares” barrio bogotano que vio crecer al Comandante. Son miembros del Comando Operativo No. 3 (del Comando Conjunto Pacífico) y la Fuerza de Tarea del Sur del Tolima (Brigada Móvil 8, Brigada Móvil 20, Batallón de Alta Montaña “General Santos Gutiérrez”, más un cuerpo de francotiradores), además, tropas de la Novena Brigada del Ejército con sede en Neiva (Batallón Tenerife, Batallón de Infantería No. 26 “Cacique Pigoanzá”, Batallón de Infantería No. 27 “Magdalena”, Batallón de Artillería No. 9 “Tenerife”, Batallón No. 9 “Cacica Gaitana”, Batallón de Contraguerrillas No. 9 “Los Panches”, Batallón de Contraguerrillas No. 28 “TE. Vladimir Valek Moure”), y de la Sexta Brigada con sede en Ibagué (Batallón de Infantería No. 16 “Patriotas”, Batallón de Infantería No. 17 “Gr. José Domingo Caicedo”, Batallón de Infantería No. 18 “Cr. Jaime Rooke”, Batallón No.6 "Francisco Antonio Zea”, Batallón de Contraguerrillas No. 6 "Pijaos", Batallón de Contraguerrillas No. 31 "Sebastián de Belalcázar", Batallón de Contraguerrillas No. 34 "Cr. Jaime Fajardo Cifuentes") y el Batallón de Fuerzas Especiales Rurales (Bafer) No 4. Sin duda son más de 10 mil.
En 1964, 14.000 soldados emprendían la “Operación Libertad” también llamada “Operación Marquetalia” (tentáculo del plan contrainsurgente gringo “LASO”) contra 48 guerrilleros (as) al mando de Manuel Marulanda.
“La Silla Vacía” confirmó que Alfonso Cano está muerto hace dos días, pero hasta hoy fue identificado su cadáver.[iii] “El Ejército lo dio de baja en el Cañón de las Hermosas”. “Es una zona ubicada al suroeste del departamento del Tolima de muy difícil acceso y por ello durante más de una década fue el primer sitio donde se escondió “Tirofijo” después de la formación de las FARC-EP”. “Un territorio con alturas de entre 3.200 y 4.200 metros, condiciones meteorológicas críticas, vías de comunicación casi inexistentes”. “Aquí nacieron las FARC, conocen muy bien el área, la topografía y cómo aprovecharse de esas condiciones climáticas”.
En diciembre de 1965, en una de las primeras versiones sobre la muerte de Marulanda, el comandante de la VI Brigada dijo en rueda de prensa que “ratificaba que el mando conocía los rumores sobre el deceso por heridas causadas en combate al jefe bandolero”, “estoy optimista sobre la comprobación de la muerte”, “se está investigando ocularmente”, “varios informadores me han dicho que pueden localizar el sitio donde está enterrado Tirofijo”[iv]
Son las declaraciones de generales de ayer y de hoy que pasarán a la historia patria sin nombre y sin honor. Que rehúyen al combate y asesinan amparados en la distancia con los juguetes de tecnología de punta que los gringos les prestan.
Si, la Cordillera Central vio nacer a la guerrilla de las FARC-EP. Manuel soñó con ver a su Ejército desplegado por la columna vertebral de la economía y la política del país. Y envió allí a su mejor hombre para hacer realidad su sueño. ¿Y si Alfonso muere? Las FARC-EP sobrellevaron la muerte de Manuel exponiendo una sólida estructura de mando y han asimilado la muerte del Mono con una demostración rotunda de su capacidad militar, reflejada en los partes de guerra.
“Hay que defenderse; cómo vamos a seguir dejándonos matar por ahí en las calles, en las veredas, en estos montes. No podemos esperar la muerte así de simple, ¿no le parece, tío? La muerte debe llegarle a uno con aviso y uno escoge el día. Claro que la escogencia de la hora, es como muy difícil de acertar, pero bueno, uno hace el deber”, dijo Manuel.[v]
Los que luchamos por la libertad sabemos que el futuro que ayudamos a construir no es nuestro, pero no claudicamos. "Hoy estamos, mañana no estamos, pero otros integrantes del Ejército del Pueblo tomarán nuestras armas para seguir adelante", dijo Alfonso.
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