martes, 20 de abril de 2010

Debate para qué?




¿Acaso no recuerda Miguel Vargas, que fue el otrora caudillo José Francisco Peña Gómez cuando era candidato presidencial por el PRD en el 1996, el que se opuso a un debate con el postulante del PLD, Leonel Fernández, alegando que éste era un “jevito que no reunía las condiciones de él?

El actual presidente del PRD debería también tener presente que su ex jefe político, Hipólito Mejía, cuando aspiraba a la presidencia en las elecciones del 2,000, se opuso en ese momento a un debate con el candidato por el PLD, Danilo Medina, nada más y nada menos, dizque porque el candidato del PLD había nacido en una “jurunera” de San de la Maguana.

Pero más aún ¿quién no recuerda en este país el espacio llamado Dialogo Nacional, que creó Leonel ya siendo presidente de la República para debatir los problemas nacionales, dándole la oportunidad a todas las fuerzas vivas de la nación para que hicieran sus propuestas dentro de un orden de equidad y respeto?

Ese escenario del Dialogo Nacional, que en realidad era un espacio adecuado para quienes se consideraban los guías y representantes de la sociedad civil y de los partidos políticos, fue politizado y rechazado sin razón alguna, no solo por los propios dirigentes de las organizaciones comunitarias que respondían en ese momento al PRD, sino también por el que fuera en vida jefe supremo del PRD, Peña Gómez, alegando que él no se iba a montar en la cola del camión de Leonel, porque éste era un pollito que no tenía el vuelo y el liderazgo internacional que poseía él.

Entonces de que debate habla el dictador del PRD, cuando en realidad ahora mismo lo que él debería estar buscando, es la unificación de su organización en torno a su figura y a sus candidatos, cosa esta, que no ha podido lograr por la forma incorrecta con que la ha conducido desde que fue electo como presidente de esa organización.

Vargas Maldonado sabe y está consciente, ya que él no vive en otro Planeta, que si el PLD decidiera ir a la mesa del debate, él y sus candidatos no cuentan con la base teórica ni las herramientas científicas para producir una discusión sincera, en la que a ellos se les pudiera ver, como aventajados en ese escenario, pero además, él debe estar bien claro, de que sus postulantes no podrían exhibir una obra de gobierno, que pudiera concitar el apoyo de la población, debido a que han sido los gobierno de su partido, los que menos han hecho realizaciones, pero los que más, han depredado el erario público después de la decapitación de la tiranía, por lo que se advierte, que si se agarran de esto, serían descartado de manera ipso facto.

Cuáles son las obras en todo el país, en materia de infraestructuras, de asistencia social, de agricultura, salud, educación, de justicia y de tecnología etc., que podrían exhibir los candidatos del PRD, para que la población pudiera acoger como serios y ciertos sus planteamientos.

No tienen absolutamente nada que esgrimir en un escenario en el que sus conductores no estén etiquetados como voceros del PRD, salvo el hecho que quisieran vender las pobres actuaciones de los gobiernos de Salvador Jorge Blanco y las comicada de Hipólito Mejía. Pues, en realidad, no tienen la capacidad para conceptualizar con los candidatos(a) formados en la escuela del PLD y Juan Bosch.

Toda estas exigencias del PRD y sus voceros en torno al debate, se debe a la pobre valoración que tienen ellos, en la población, pero también a que están buscando producir un golpe de efecto en los votantes que levante el animo de su militancia que ha estado afectada por el síndrome de las derrotas y de la presencia de Leonel en el escenario político nacional. De ahí la poca sinceridad de ese pedimento, solo se trata de aguaje y bulto, nada más.

Autor: Francis Pérez

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