miércoles, 31 de marzo de 2010

La columna del director: El colmo de Marino Zapete


El colmo de Marino Zapete
Imaginaba con sobrada razón que las constantes críticas que el periodista Marino Zapete viene realizando en contra del gobierno, a través de su programa televisivo “El Jarabe de Zapete”, en el fondo lo que éste avezado comunicador busca, son dos cosas: una que los funcionarios les salieran al frente contestándole y dos llevar la idea de la necesidad de la conformación de un nuevo proyecto político en la que a él se les tenga, por sus denuncias constante, como un personaje estelar para ser tomado en cuenta.
En relación a la primera, parece que el señor de la “verdad” no ha alcanzado a darse cuenta que el mismo hecho de que se le haya permitido expresarse en contra del gobierno y de las instituciones del Estado, de manera irrespetuosa y denigrante, al extremo de jartar a los televidentes sobre aspectos que él mismo está consciente de que en el pasado no se podían tratar en los medios, con la virulencia y beligerancia con que él y otros acólitos suyos los abordan diariamente en programas que muchas veces son respaldados por el gobierno, al que él tilda de “delincuentes, depredadores del erario público”, es un indicador del fortalecimiento democrático al que hemos llegado con los gobiernos del PLD.
Pero el colmo de los colmos, es que éste “inmaculado” señor de la verdad se considera como una persona que está por encima del bien y del mal y que solo él y sus colegas infalibles, enviados del cielo para redimir a los pobres, poseen las informaciones veraces así como los argumentos objetivos y concretos que pueden en un momento dado lograr o llevar a la población a que los asuma y los acoja como suyos dizque por la fortaleza y contundencia de los mismo.
Otra de las razones por la cual el señor de la verdad le interesa en el fondo mantener un enfrentamiento con los funcionarios del gobierno, estriba fundamentalmente en la necesidad de querer convertirse en el referente obligado de los televidentes y en el dueño y amo de la televisión dominicana. Con esta estrategia supuestamente busca ser una figura que podría ser tomada en cuenta en el futuro inmediato en la política vernácula de la República Dominicana.
Pues, el colmo de éste es querer agarrar al burro por el rabo al no comprender que para ser figura de primer orden en la política se necesitan poseer condiciones naturales, pero también gozar de una visión y capacidad que les permita ver los problemas nacionales no con el corazón ni la mentalidad de un locutor de noticias de sucesos, sino más bien con el criterio que impone la ley de los cambios, es decir la dialéctica y las circunstancia políticas, como bien dijera Ortega y Gasset.
El señor Marino Zapete debe estar consciente como dice el refrán popular, “una golondrina no hace verano”, es que en este país lo que hace falta son individuos que no actúen llevados por la emoción y el ego de querer llegar a ser lo que las circunstancias todavía no le ha deparado y en el que además no se le ha otorgado un rol del cual el pueblo se sienta orgulloso de contar con él.
Debemos reconocer sin lugar a dudas, que independientemente de la visión errónea y de los métodos obsoletos que utiliza éste comunicador, lo cual evidencian un uso inadecuado de un sensacionalismo trasnochado y rapaz, Marino Zapete no deja de ser un hombre serio y con buenas intenciones, solo le ha faltado una mejor querencia de lo que él podría llamar muy bien, táctica y estrategia.

Por: Francis Pérez

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