martes, 17 de agosto de 2010

Condena por envenenar hijos con refresco

Colombiano fue sentenciado a 60 años de cárcel



Colombia -Un tribunal de primera instancia sentenció hoy a 60 años de prisión por homicidio agravado y tentativa de homicidio agravado a un hombre acusado de envenenar y causar la muerte de dos de sus hijos, de siete y nueve años.

Los hechos por los que ha sido condenado Crisanto Barrera, quien aceptó su responsabilidad en la muerte de los menores, ocurrieron el 5 de mayo de 2009, en la comunidad La Uvita, en Colombia.

Según la prueba presentada en el juicio, Barrera encerró a sus hijos de 7, 9 y 12 años en la habitación que había arrendando luego de llegar de Venezuela.

En la tarde posterior a regular las visitas en la Comisaría de Familia, recogió a sus hijos, les compró una gaseosa y se los llevó a la habitación. "Allí mezcló el veneno con la gaseosa para dárselo a sus hijos y beberlo él también", comentó Rafael Báez Manrique, defensor de familia.

Cuando la hija mayor se percató de la mezcla, interrogó a su padre sobre el contenido del sobre a lo que él respondió que era un remedio contra los parásitos.

"Los niños pequeños y el padre ingirieron la bebida, pero la niña mayor no la consumió completa", dijo el Defensor de Familia.

Los síntomas del envenenamiento no se hicieron esperar. Barrera impidió que vomitaran y que abandonaran la escena del crimen y tras unos minutos todos cayeron desmayados.

La madre, al notar la tardanza del padre con los niños, fue a buscarlos. Cuando llegó al lugar vio por una ventana que sus hijos y su compañero yacían en el suelo y llamó a las autoridades.

"Todos fueron llevados al puesto de salud de La Uvita, pero los niños pequeños murieron, y el padre y la niña de 12 años sobrevivieron, pero su estado de salud era grave y por esto fueron remitidos al hospital San Rafael de Tunja, donde la Fiscalía esperó la recuperación del agresor para capturarlo", dijo Rafael Báez.

El Funcionario comentó que en las audiencias de imputación y acusación Barrera se había declarado inocente, pero en la preparatoria aceptó su responsabilidad en el caso.

"El testimonio de la niña de 12 años, a quien represento, fue pieza clave dentro de la investigación. Sin embargo, sus riñones y ojos presentan secuelas del envenenamiento del que fue víctima", indicó Báez.

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